Por más de una década la televisión en Colombia ha
venido cambiando, la creatividad de los libretistas no tienen limite, hablo
de realities; que generan mucha controversia en la audiencia, pueden
generar odios y admiración, también están las novelas muchas de ellas con
historias de personajes famosos, unas permiten recrear la historia de un país
en una época determinada y otras llevar a los televidentes a conocer la vida de
un artista famoso. En las mañanas los magazines se toman el control, amas de
casas, desempleados, enfermos, pensionados, cafeterías, consultorios médicos tienen
estos programas que buscan divertir y entretener con invitados especiales y
temas de interés general, los fines de semana podemos encontrar programas de
opinión e investigación que traen al público revelaciones que muchas veces
causan indignación al verlos, pero todos estos lo que buscan es mantener la
atención del público. La mayoría de nuestros programas en la actualidad
provienen de formatos copiados y que han tenido éxito en el exterior, pero mágicamente
son adaptados para que los colombianos lo sientan como propios. Muchos de estos
programas logran su objetivo y es llegarle al televidente, influyendo tanto en
su forma de pensar como de sentir, eso se puede evidenciar en las cafeterías,
oficinas, en la hora del almuerzo, todos terminan hablando de estos programas.
Ahora hablemos de contenidos, ¿qué tanta cultura nos están
dejando? o por el contrario ¿debemos preocuparnos por el empobrecimiento de los
contenidos?, tratemos de analizar las cosas buenas y malas de estos
programas: los realities; Lo bueno es que le puede permitir a las personas
analizar y evaluar la manera correcta de
comportarse ante las diferentes situaciones o pruebas. Lo malo es que muchas de
estas producciones buscan desde una a agresión verbal o física hasta mirar la
manera de buscar contenidos subidos de tono XXX para captar la atención de los televidentes.
Las novelas, las historias que hemos visto en la última década es acerca de un fenómeno
que ha acabado no solo con la sociedad sino con la imagen de un país y es el
tema del narcotráfico, este tipo de series a pesar de ser muy criticadas son
las que mayores rating manejan. Lo bueno es mostrarle a las nuevas generaciones
las decisiones incorrectas tomadas por esas personas, las consecuencias de sus
actos y hacerlos reflexionar sobre cómo cada uno de nosotros podemos aportar
para cambiar la sociedad. Lo malo es que estas novelas tienen tanto éxito en el
país que son vendidas en el exterior y lo que hacemos es vender una imagen falsa
de nuestro país y nuestra cultura. Los Magazines buscan entretener a las
personas manejando un contenido muy variado. Lo bueno es que buscan una interacción
con el televidente y están en la búsqueda de temas de interés general. Lo malo la manera de hablar y
comportarse de los presentadores, el doble sentido en sus palabras o muchas
veces tratan temas que no son aptos para el horario. Los fines de semana los
programas de opinión y de investigación tratan temas muy diversos, desde
historias de personajes de admirar hasta historias dolorosas e inimaginables, que
lo único que generan es que el televidente quiera cambiar el canal. Lo bueno es
ver el profesionalismo de los periodistas e investigadores al momento de contar
una historia sin descuidar detalle alguno. Lo malo es que muchas de las
historias se presentan de una manera muy cruda y esto puede generar que el
televidente pueda copiar patrones de comportamiento, dándole herramientas para
acabar con la sociedad.
Muchos expertos hablan sobre mejorar la calidad de la
televisión, quizás piden otro tipo de programas, culturales, musicales, educativos,
que le dejen a las personas un mensaje diferente y que comiencen a cambiar ese
'chip' del amarillismo, la violencia y del morbo. Para nadie es un secreto que
la televisión es un negocio, competir por el rating y generar más ingresos no
solo por las pautas publicitarias sino por las series que logren vender en el
exterior sin verlas consecuencias de los mensajes enviados al exterior sobre
nuestro país. Ese afán de enriquecerse no les permite pensar y analizar en mejorar los contenidos de la televisión colombiana.
Por Mabel Forero
Por Mabel Forero

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